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Tambos: la producción lechera se desplomó y hay alerta en el sector

Tranqueras adentro ya lo venían advirtiendo desde hace un año y finalmente el pronóstico se cumplió. ¿Qué pasó?

Los tamberos atravesaron un 2023 en el que los obstáculos se fueron acumulando en el camino hasta convertirse en infranqueables para muchos, que decidieron liquidar las vacas y dejar la actividad. Los que sobrevivieron, pero aún enfrentan una tormenta de final incierto, sufrieron consecuencias y hoy en muchos casos entregan menos litros todos los días. Al final, la cuenta terminó arrojando una contracción importante en la producción que se reflejó nítidamente en enero. En el primer mes del año, el volumen de leche producido cayó 12,6% con respecto a igual período del año previo y un 12,3% frente a diciembre.

“Ya en enero 2023 advertíamos desde CRA ante gobiernos e industriales que la producción de leche argentina iba a sufrir un deterioro estructural debido a varios factores que se sumaron y provocaron una tormenta perfecta, y que el daño iba a ser enorme. Nadie nos escuchó”, comienza recordando Andrea Passerini, la responsable de lechería de CRA con tambo en la zona de Carlos Casares, en la provincia de Buenos Aires.

Lo cierto es que en enero la producción nacional fue de 834 millones de litros de leche. Pero en las comparaciones interanuales de los meses de 2023 se observa que desde mayo hay una caída constante con respecto a 12 meses atrás. Claro, la más profunda se dio ya en enero de 2024 con ese 12,6%. Pero en diciembre, contra diciembre de 2022, la baja había alcanzado el 7,7%. En octubre y noviembre rondó el 4% la caída, y levemente menor en septiembre (3,6%).

Passerini enumera que la “sequía severa y prolongada, el progresivo deterioro del precio de la leche a tranquera de tambo, liquidación persistente de vacas lecheras y el ‘plan llegar’” que desplegó el gobierno anterior “con sus sucesivos dólares diferenciales que encarecieron la alimentación del ganado”, fueron parte de los obstáculos que hoy muestran sus consecuencias.

Cómo es el ciclo

Desde el Observatorio de la Cadena Láctea (Ocla) advierten que “normalmente la producción en el mes de enero baja entre 9 y 10% respecto a diciembre, este año ha tenido una caída del 12,3%, producto de los elevados Índices de temperatura y humedad registrado en la mayoría de las regiones productivas y por las adversas relaciones de precios y costos que subieron por el efecto devaluatorio e inflacionario. Esta caída corrobora el relevamiento previo que hicimos desde OCLA a finales de enero y principio de febrero, que indicaba bajas de producción interanual entre 6 y 18% en las diferentes regiones de producción y supera en 4,6 puntos porcentuales a la estimación de producción realizada en diciembre por un grupo de industrias que aportaron sus pronósticos para 2024. Además, enero de 2024 es el más bajo valor para un enero de los últimos 5 años”, indicó en un informe.

Passerini, en diálogo con Tranquera Abierta, remarcó que “como hasta noviembre 2023 la caída de la oferta agregada de leche fue imperceptible, y en Argentina se vive en un eterno ‘sólo por hoy’, ni a los políticos ni a la industria les importó demasiado el daño que se estaba produciendo, sólo palpable y doloroso para el tambero”.

El trabajo de OCLA agrega que “si se analiza por tamaño de tambos, por niveles de productividad/eficiencia y por región geográfica, se evidencia una gran diferencia respecto al comportamiento de la producción, donde hay importantes caídas interanuales en regiones y estratos productivos y sostenimiento, en otras regiones y/o estratos”.

Passerini remarcó que “pasó finalmente lo que tenía que pasar, porque el tambo es un negocio de largo plazo: reducción del rodeo lechero, deterioro de estado corporal de vacas, falta de reservas y quebranto a todo nivel de las empresas tamberas. Llegó la caída fuerte de la producción”, enfatizó.

Y agregó: “Esta ‘crónica de una muerte anunciada’ no sorprende a nadie, pero debería servir para que se produzcan las reformas estructurales que el eslabón primario y toda la cadena necesita”.

Por último, la tambera bonaerense remarcó que “esta crisis la pagó y sigue pagando sólo el tambero, el eslabón abusado de la cadena”.

Y recuerda la estacionalidad de la producción: “Como es habitual, la producción desde el pico de máxima en octubre, cae a una tasa del 5% mensual hasta marzo/abril (tomando el promedio diario de producción, para que no afecten la cantidad de días de cada mes), donde luego comienza un nuevo repunte hacia octubre”.