Trabajar para pasar de la proclamación de los derechos de niños, niñas y adolescentes (NNA) a su cumplimiento efectivo fue la premisa con la que comenzó el IX Congreso Mundial por los Derechos de las Infancias y Adolescencias y se sostuvo durante los tres días (16, 17 y 18 de noviembre) que duró el evento en la ciudad de Córdoba.

Representantes de organismos internacionales, como UNICEF, autoridades nacionales, provinciales y municipales, así como especialistas de numerosas disciplinas, deliberaron para proponer acciones para que chicas y chicos accedan a educación de calidad, a la justicia y la salud, y que su participación ciudadana sea admitida en todos los ámbitos, como postularon varios oradores.

“Vivimos en un mundo adulto que se mira el propio ombligo, que pregona los derechos de la Convención pero tiene grandes resistencias” para aplicarlos, advirtió Amelia López, Defensora de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA), anfitriona del Congreso, en la intervención de apertura, ante más de mil personas.

En tanto, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, expresó que “hay que construir una agenda de Estado para las infancias, y eso requiere el compromiso general, no solo de un partido político, no solo de los poderes ejecutivos”.

Tras el acto de apertura, uno de los primeros encuentros reunió a adolescentes para debatir sobre “protagonismos y resistencias”, con jóvenes que despliegan acciones en consejos consultivos y parlamentos nacionales y provinciales. En tanto, también comenzó a trabajar el foro adolescente, con representantes de numerosos puntos de Argentina, con una primera ronda de información sobre sus derechos, expresados a través de juegos e intercambios.

El funcionamiento de las instituciones en cuanto a la protección de derechos fue tratado en un diálogo con participación de UNICEF y representantes de Argentina, Chile y Portugal. También hubo debates sobre el acceso a la justicia y la salud en la gestión local, en el plano municipal.

Acerca de los resultados del Congreso la Defensora Amelia López pidió tomar nota atentamente de las opiniones y pronunciamientos de chicas y chicos, porque hasta ahora, dijo, “no nos estamos haciendo cargo suficientemente de nuestras responsabilidades inter-generacionales”.

“La participación protagónica de niñas, niños y adolescentes es un componente central del sistema de protección” coincidió más tarde Gabriel Lerner, secretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación.

Este es el noveno Congreso Mundial. El primero data de 2003. Son organizados por la Asociación por la Defensa de los Derechos de la Infancia y Adolescencia, que preside el catedrático español Carlos Villagrasa, quien dijo que “después de la pandemia, es el tiempo de reconstruir pensando en chicos y chicas, con el faro de la Convención”.

En la primera jornada, intervinieron también la representante de UNICEF en Argentina, Luisa Brumana, y la adjunta, Olga Isaza, quienes mencionaron que la pobreza afecta a la mitad de niñas y niños argentinos pese a que en las últimas décadas hay un crecimiento de la inversión nacional, provincial y municipal en programas para ese sector de la población.

“Cuando un país olvida a sus niñas y niños, permite que se vulneren sus derechos más básicos”, advirtió a su turno Yolanda Pizarro Carmona, subsecretaria de la Niñez de Chile.

Coincidió con ella Georgina Tavella, secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de la Provincia de Córdoba, quien participó de la jornada junto a otros representantes de organismos locales, entre ellos Daniel Passerini, viceintendente de Ciudad de Córdoba, Juan Carlos Massei, ministro de Gobierno provincial, y Nadia Fernández, presidenta provisoria de la Legislatura, y los intendentes de Villa María y Río Tercero.

El acogimiento familiar

Según un estudio de especialistas mendocinos presentado durante el evento, las niñas y niños adoptados tras haber pasado por sistemas de acogimiento familiar muestran mejores niveles de desarrollo que aquellos que fueron llevados a instituciones. El trabajo se sustenta en parámetros internacionales sobre niñas y niños separados de sus familias originales por ser víctimas de vulneración de derechos, maltrato y violencia. En esas situaciones se abren por lo común dos caminos, el acogimiento por otra familia o las instituciones, que en numerosos países padecen infraestructura inadecuada, instalaciones deficientes, hacinamiento, personal sobrecargado y poco entrenado, entre otras dificultades.

El acogimiento familiar, dice el texto, es una alternativa a la institucionalización, y cita estudios que describen “desarrollos infantiles saludables en niñas y niños que tras situaciones de vulneración de derechos” pudieron acceder a esa posibilidad.

La investigación mostró avances mayores en las habilidades sociales de chicas y chicos que accedieron al acogimiento familiar, así como índices más bajos en los denominados “problemas de conducta”. No obstante, advierte que los estándares de mejora individual y en la interacción social dan resultados menores a medida que crece la edad de adopción. “El acogimiento familiar implicaría una política pública protectora que interviene en situación de riesgo, reconstruyendo el ámbito relacional del infante, logrando transformaciones internas positivas”, dijeron María Paula Moretti, Lourdes Ibarra y Mariana Torrecilla quienes firman el trabajo.

El consumo de material sexual infantil

Según una de las ponencias del Congreso; “una parte de los adultos que consumen por internet material pornográfico que incluye explotación sexual infantil niega que chicas y chicos sufran algún tipo de daño o perjuicio” por esa práctica.

El trabajo fue desarrollado por un grupo del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba y estableció que estos adultos expresan “creencias distorsionadas”, como que descargar este material no trae consecuencias negativas y que no se comete abuso alguno.

El trabajo toma como referencia que el abuso sexual infantil en el mundo tiene como víctimas al 12 por ciento de niñas y niños y un informe de UNICEF que informó que entre octubre de 2020 y septiembre de 2021 se registraron en Argentina 3.219 niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual, de las cuales 29,4 por ciento corresponden a entornos digitales, mediante “grooming” y la explotación para pornografía.

Del total de personas encuestadas, 4% reconoció haber tenido al menos una acción de consumo de este material, un resultado que “concuerda con el rango reportado por estudios internacionales” del mismo tipo.

“Las creencias distorsionadas más prevalentes” en las respuestas son sostener que niñas y niños víctimas “no sufren efectos negativos”, según el 20 por ciento de los participantes. Además, 14 por ciento dijo que no cree que su consumo “sea un tipo de agresión sexual” y 8 por ciento dice que no cree que los chicos y las chicas explotadas para obtener estas imágenes hayan sufrido algún abuso.

Ejes temáticos

El IX Congreso Mundial giró alrededor de los derechos de los niños y adolescentes; tales como libe acceso a la información y tecnologías en contextos cuidados; ciudadanía, participación y migración; desarrollo y crecimiento protegido; educación de calidad; convivencia saludable sin violencias; juego y recreación; libertad de expresión; salud y medio ambiente sano; y acceso a un sistema de justicia restaurativa.

Se abordaron temas centrales que no se discuten frecuentemente y deberían tener una agenda al menos más frecuente; entre ellos la discapacidad, su detección, intervención temprana y asistencia. Este fue un panel del que participaron especialistas de Panamá, Estados Unidos y de nuestro país.

La identidad de género tuvo su lugar, allí se conjugaron miradas desde la diversidad hasta la pediatría con la participación de la Senaf. También se desarrolló un panel sobre derribar el adultocentrismo, con iniciativas desde la sociedad civil. Lo que los medios dicen de los chicos y chicas, y lo que los chicos y chicas dicen de los medios fue un bloque con especialistas de Unicef, de la Defensoría del Público de la Nación, y desde medios como Pakapaka, la radiofonía y la televisión.

Por Fernanda Bireni