Opinión | Juan Manuel Llamosas | Guillermo de Rivas |

Los criterios y los nombres

Milei acelera en su enfrentamiento con los gobernadores. En Córdoba, el oficialismo define la estrategia y los candidatos ¿Una lista Schiaretti-De la Sota? El operativo por Llamosas, complicado

Para Javier Milei, la rebelión de los gobernadores, que avanzan en el Senado con dos proyectos para arrebatarle a la Nación 715.000 millones de pesos que reivindican como propios, es una amenaza económica y política. Pero también una oportunidad. Por eso negocia a desgano, como si no quisiera en realidad un acuerdo sino dejar que el conflicto se desenvuelva y termine donde tenga que terminar.

Es una amenaza porque implicaría la imposición de un reparto de fondos que Milei no está dispuesto a conceder pero, además, porque una reconfiguración del criterio de asignación de los ATN y del impuesto a los combustibles sería un gesto inaugural del poder latente de los gobernadores. Ahí empezarían pero, por supuesto, es difícil anticipar dónde podrían terminar una vez que prueben el gustito de torcerle el brazo a la Casa Rosada.

Pero, en el plano estrictamente de la especulación electoral, a Milei en cierta medida le sigue rindiendo sostener una pelea con gobernantes que, en el discurso y la cosmovisión libertaria, encarnan a la rancia política, gastadora serial y siempre reacia a aplicar los sinsabores del ajuse del gasto. “Es un argumento que todavía le sirve, por eso Milei acelera en vez de poner el freno”, señaló un dirigente del oficialismo provincial.

En la confrontación entre la Nación y las provincias en los dos lados está presente el cálculo electoral:en Milei como elemento discursivo, en los gobernadores como una chance de conseguir fondos que pueden ser decisivos para contener la situación en sus provincias.

El Presidente hace su juego y, lejos de sondear la paz con los gobernadores, los azuza. Sin embargo, esa estrategia, ese modo de construcción política, estaría comenzando a enfrentarse con sus propios límites. No tanto por el desgaste del método sino por efecto de la realidad. En los últimos meses, el jefe de Estado ha vuelto a caer en las encuestas a pesar de que la inflación, su principal obsesión, ha ido remitiendo con el correr de la gestión. En los sondeos está apareciendo que la principal preocupación ya no son los precios sino, por ejemplo, el empleo y la pérdida de poder adquisitivo. Pero, además, hay otro elemento que también empieza a gravitar:en un sector de la población prende el argumento de los gobernadores de que la política de ajuste perpetuo e innegociable de la Casa Rosada está teniendo consecuencias visiblemente negativas, por ejemplo, en la infraestructura.

¿Cuánto cayó la imagen de Milei?¿Retrocedió a niveles que son una amenaza para su desempeño electoral? No es igual en todos los distritos. Y el rendimiento en una elección nunca puede medirse en sí mismo sino también en relación con otros:el libertario todavía aparece jugando casi solo en el escenario nacional.

Pero en una provincia como Córdoba, donde Milei obtuvo más del 70% de los votos en 2023, ahora cuenta con una imagen positiva que oscila entre los 41 y los 45 puntos. Algunos analizan que es una caída de 30 puntos desde su pico;otros, más prudentes, señalan que, en realidad, la baja real fue de 6 o 7 puntos en los últimos meses y, además, que el Presidente sigue siendo un activo electoral potente en un distrito como el cordobés.

Sin embargo, más allá de la magnitud y las interpretaciones, esa baja innegable dispara consecuencias. Por ejemplo, en la configuración del escenario electoral. Para el peronismo cordobés, pero sobre todo para la posible candidatura de JuanSchiaretti, no es lo mismo un Milei en su plenitud que uno con achaques.

El exgobernador no es un político que acostumbre tirarse a la pileta. No lo hizo antes, no va a hacerlo ahora. Por eso, más allá de su voluntad de ser, el escenario en parte lo determina. Y va a seguir la evolución de la situación hasta el último minuto antes de decidirse a ser o no candidato a diputado.

“Si el Gringo encabezara la lista nos solucionaría un problemón. Pero obviamente va a analizarlo porque no puede arriesgarse a una derrota que le complique su instalación nacional”, analizó un dirigente del PJ provincial.

Schiaretti, que acaba de renunciar a la presidencia partidaria en Córdoba para que Martín Llaryora asuma ese rol, tiene como prioridad el escenario nacional y, sobre todo, el de 2027. Lo que haga este año será en función de ese objetivo. En el esquema político del exgobernador, a Milei no se lo puede enfrentar con un armado que parezca una reiteración de lo que habitualmente hace la política sino que pretende sondear alternativas que puedan tener algo de novedad. En ese punto, el schiarettismo incluye el acuerdo con Facundo Manes. “Ya no es el cordobesismo, ya es otra cosa. A Schiaretti le agrega algo nuevo”, dicen en el PJ.

En el oficialismo cordobés no se hacen ilusiones con las elecciones de este año;apuntan a hacer pie en el país y a ser competitivos en Córdoba. Creen que si Schiaretti es candidato, en la provincia pueden ganar. O estar cerca. Pero, además, señalan que esta vez tienen que cambiar los criterios para elegir los nombres de los que podrían acompañar al exgobernador como candidatos. “Ahora es distinto;siempre decimos que la lista en sí en una legislativa no importa tanto; esta vez sí. Hay que ser muy cuidadosos con lo que transmite la lista”, indicó un dirigente provincial.

En ese punto, actualmente hay dos visiones que se contraponen. En los últimos días tomó fuerza la versión de que el peronismo provincial podría inclinarse por un 1-2 de peso:Schiaretti- Natalia De la Sota. La diputada ha ido acercándose nuevamente al oficialismo después de dejar correr la versión de que podría ir por fuera.

A un sector del peronismo, esa dupla lo tienta. Por el peso histórico-simbólico de los dos apellidos en conjunción. Sin embargo, al schiarettismo no lo convence. Sostienen que, en términos numéricos, Natalia no suma por fuera sino que, como máximo, afianza votos propios. “Hay que buscar elementos nuevos; tenemos que tener en cuenta contra qué competimos. No podemos ofrecer más de lo mismo. En el número 2 de la lista podría haber una sorpresa”, deslizaron.

¿Con qué lógica se arma una oferta electoral? Un clásico suele ser el principio geográfico: en el número 1 de una nómina se ubica un nombre fuerte y después hay una distribución territorial. Alguien de los departamentos de mayor peso en puestos de expectativa. Esa es la apuesta, por ejemplo, de Juan Manuel Llamosas. En los últimos días empezó a sonar con más fuerza el nombre del exintendente, en lo que parece ser una remake de aquel operativo clamor para que fuera candidato a vicegobernador. Si la geografía tiene peso en la arquitectura de la propuesta electoral peronista, Llamosas podría estar. Tiene imagen positiva y es un nombre que en el sur podría imponerse sin que le aparezcan demasiados competidores.

Sin embargo, todo dependerá de la estrategia final. Hasta ahora, no es la territorialidad el principio fundamental en la construcción del oficialismo provincial. Y, en ese punto, las posibilidades del exintendente parecen perder terreno.

Por lo pronto, el operativo Llamosas le hizo un aporte al oficialismo de Río Cuarto: sirvió para dejar trascender una foto que muestra al intendente Guillermo De Rivas, a su antecesor, y al diputado Carlos Gutiérrez, uno de los hombres fuertes del schiarettismo, compartiendo un café en una estación de servicios. Así, con esa imagen, se busca despejar los rumores de malestar interno, sobre todo entre Llamosas y De Rivas.

A nivel provincial, mientras el oficialismo va macerando su estrategia, el radicalismo se autoimpuso tiempos que lo obligan a tomar decisiones más urgentes. Tiene, por ejemplo, una elección interna para dentro de menos de un mes: el 3 de agosto. La UCR está plagada de rumores. El calendario acecha y todavía no ha habido diálogo entre los distintos sectores: entre quienes, encabezados por Rodrigo De Loredo, sondean una alianza con La Libertad Avanza, que se ha tornado complejísima, y quienes pretenden ir solos. La situación parece estar en punto muerto. Aunque la solución podría aparecer en los próximos días: desde la conducción del partido se anunciaría una alianza con una fuerza menor, lo que suspendería la aplicación de la carta orgánica partidaria y evitaría una interna que no entusiasma a nadie.