Si bien no era formalmente el tema central, se impuso por su propio peso la discusión por la intempestiva eliminación de retenciones entre lunes y miércoles de la semana pasada. Los funcionarios, y en especial Pazo, que ofició de vocero durante todo el fin de semana en los distintos medios remarcando que además es productor agropecuario en Entre Ríos, afirmaron allí que se trató de una medida urgente que no tuvo otro fin que el de inyectar de manera inmediata un fuerte flujo de dólares a la economía para estabilizar el turbulento escenario que había dejado el viernes 19 y que proyectaba desafiante para la semana pasada.
Pero los dirigentes de la Mesa de Enlace Nacional llegaron con una posición unificada y cerrada: planear la necesidad de avanzar rápidamente en la eliminación definitiva de las retenciones. Y para eso creen que es un momento especial, en particular porque sienten que el Gobierno está en deuda. Pero también saben que es difícil alcanzar de manera sostenida la eliminación de todos los productos que hoy tienen alícuotas. Por eso plantean tres objetivos prioritarios para el corto plazo: carnes, que actualmente siguen sin retenciones hasta el 31 de octubre; maíz y trigo. En particular, este último cereal sería clave que avance a un esquema de retenciones cero porque es el primero en que se cosechara a fin de año. Vale recordar que la campaña gruesa, donde está el maíz, la soja, el girasol y el sorgo, recién se está iniciando con la siembra. Las cosechadoras pasarán por esos lotes recién en 2026. Pero en el caso del trigo, desde diciembre se comienza a levantar y este año habrá especialmente un gran margen exportador por una cosecha que se espera récord en gran parte del país, como en Córdoba.
Si se quita el 9,5% de las retenciones al trigo, el margen de ese cultivo mejorará significativamente para los productores y en el corto plazo.
Hay otro elemento central en el sentido de oportunidad que ven los dirigentes agropecuarios para acelerar el planteo: las elecciones del 26 de octubre. Creen que, dejando afuera a la soja por ahora, el resto de los productos tienen un costo fiscal marginal y posible de practicar y entonces podría ser un gesto importante para los productores antes de las urnas.