La compañía, nacida en Arroyito en 1962, fortaleció su presencia en el exterior al enviar mercadería a mercados como Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Países Bajos, Italia, Israel, Japón, Australia, Nueva Zelanda y varios países de Latinoamérica, entre ellos Brasil, México, Chile, Perú, Paraguay, Uruguay y Costa Rica. Aunque el 98% de su producción se destinó al mercado interno, el 2% restante le permitió expandir su presencia global y sumarse al mapa exportador argentino.
A lo largo del último año, Dulcor produjo unas 35 mil toneladas anuales y registró picos durante temporada alta, cuando alcanzó los tres millones de kilos de mermelada, frente a los dos millones elaborados durante los meses de menor actividad. Sus productos estrella continuaron siendo las mermeladas cero azúcar —especialmente las de durazno y frutilla— y los tradicionales dulces sólidos de membrillo y batata.
El grupo industrial operó cinco plantas en Córdoba, dos en Catamarca y dos en Mendoza, desde donde procesó frutas, especias, cereales y oleaginosas. Bajo su estructura también funcionaron las marcas Esnaola (dulces), Orieta (mermeladas), Yuspe (condimentos), Vanoli (oleaginosas y salsas), Alimentos Cormillot (productos dietéticos) y Veneziana (panificados).
Fundada por la familia Riba junto a Lino Farchetto, la empresa se especializó durante décadas en dulces tradicionales que se volvieron parte del consumo masivo argentino. Con el tiempo incorporó nuevas líneas, amplió su capacidad productiva y sumó unidades de negocio para consolidarse como una de las agroindustrias más relevantes del interior del país.
Hoy, desde Arroyito, mantiene un entramado que abastece góndolas en toda la Argentina y llega a consumidores de más de 20 países, combinando marcas históricas con productos de valor agregado para mercados exigentes.