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Crisis sin precedentes en Bodega Norton: hay cheques rechazados por una cifra multimillonaria

Atraso en el pago de sueldos desde hace dos meses y posibles despidos

La bodega mendocina Norton se encuentra en una crisis sin precedentes en su historia. Por estos días se conoció que la empresa es dueña de una larga lista de cheques sin fondos, y en la zona se habla de que habría despidos en la plantilla e interrupción de la cadena de trabajos con contratistas.

La aventura de Norton en Argentina es señera: todo comenzó en 1895, cuando Edmund James Palmer Norton llegó a nuestro país y desembarcó en Mendoza. El aventurero compró un viñedo en Luján de Cuyo, y comenzó a traer vides de Francia. 130 años después, y luego de un crecimiento y consagración en el mundo vitivinícola nacional, Bodega Norton se encuentra en una encrucijada, informó IProfesional.

De acuerdo con los datos oficiales que publica el Banco Central de la República Argentina, Bodega Norton S.A. poseería un total de 16 cheques rechazados en la Central de Deudores de la entidad, por un total de 42.203 millones de pesos, unos 30 millones de dólares al cambio actual.

Esta lista de cheques rechazados estaría fechada en agosto de 2025. La empresa aún conserva el estado de situación "1", es decir, que se considera empresa en "situación normal". Esta clasificación se otorga por el tiempo de la deuda y no por el monto, por lo que expertos aseguran que en las próximas semanas podría cambiar dicha consideración.

Si bien los empleados decidieron no dar su testimonio y la empresa resolvió no hacer comentarios sobre la situación, fuentes ligadas al mundo vitivinícola aseguran que hay atrasos en el pago de los sueldos desde hace al menos dos meses, y ya habría comenzado la etapa de despidos.

La noticia es una verdadera bomba para el mercado: Norton es una de las bodegas referentes y de mayor trayectoria de Argentina, dado que acaba de cumplir 130 años.

La bodega tiene más de 1.200 hectáreas de viñedos propios en Luján de Cuyo y trabaja con 140 productores del Valle de Uco, sumando otras 750 hectáreas de producción. Además de ser una de las bodegas líderes en el mercado interno, tiene presencia en 70 mercados internacionales.

La paradoja es que, en medio de esta tormenta financiera inédita, la bodega viene de obtener importantes reconocimientos: Norton fue galardonada con los premios Travellers’ Choice 2025 de Tripadvisor, ubicándose entre los mejores destinos de viaje del mundo. Además, su restaurante, La Vid, fue destacado en 2025 como uno de los establecimientos recomendados por la Guía Michelin.

Una silla caliente

Rafael García había asumido la dirección de Bodega Norton en diciembre de 2023, en reemplazo de Michael Halstrick, anterior directivo y representante en Mendoza de la familia Swarovski, la principal accionista de la compañía.

Su llegada había generado altas expectativas, dado su currículum en el grupo francés Pernod Ricard, una empresa con un vasto portfolio de marcas internacionales como Chivas Regal, Jameson Irish Whisky y Havana Club. La misión designada para García era clara y ambiciosa: modernizar y revitalizar la bodega, que había permanecido "dormida" o en una fase de estancamiento estratégico por aproximadamente una década.

A pesar de las promesas iniciales y el perfil profesional, la gestión de Rafael García al frente de la Bodega Norton tuvo una duración acotada. El ejecutivo dejó su cargo antes de lo previsto, culminando un ciclo que había comenzado con una fuerte apuesta por la modernización.

Así, la bodega de la familia Swarovski concretó un nuevo cambio en su cúpula directiva: el 1 julio de este año, Tomás Lange asumió como CEO.

Según informaron desde Norton, el ejecutivo cuenta con una trayectoria internacional de más de 17 años, desempeñándose en roles clave como Gerencia General, CFO y COO. Su experiencia se desarrolló en destacadas compañías multinacionales del rubro, incluyendo Brown-Forman, Campari y también Pernod Ricard.

La tormenta que azota por estas horas a Norton no es potestad exclusiva de esta bodega. La industria vitivinícola en general atraviesa una tempestad desde hace varios meses. Luego de lo que fue el pico de consumo de vino durante la pandemia de Covid19, la burbuja se rompió y tanto la crisis de consumo a nivel nacional, como los cambios de hábito en el consumo de bebidas alcohólicas en el mundo, mantienen en vilo a las bodegas argentinas.

En el mercado interno, la venta de vino cayó 17% en agosto de forma interanual, donde se despacharon 678.265 hectolitros, según informó el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).

En cuanto al mercado externo, la exportación de vinos creció en septiembre 13,4%, pero no logra salir a flote: en agosto había caído la colocación externa 16,3%, y durante julio 21,1%.

Como si fuese poco, durante 2024 la importación de vinos creció 415%, según el propio INV. A lo largo de todo el año pasado, las importaciones totales de vino, entre granel y fraccionado, alcanzaron los 45.971 hectolitros, lo que implicó un salto del 415% respecto del año anterior, cuando se habían registrado 8.923 hectolitros. Chile se consolidó como el principal origen de esas compras, aportando casi la totalidad del vino a granel.

"La industria vitivinícola y el vino como producto de consumo masivo sigue todos los vaivenes del mercado: cuando el consumidor tiene menos dinero en el bolsillo, hay productos que se vuelven prescindibles, y el vino está dentro de esa línea", señaló Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina.